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¿Cistitis Intersticial? la solución puede estar en tu intestino: buscar y tratar SIBO puede ponerte en remisión.

La cistitis intersticial, también conocida como síndrome de dolor vesical, es un trastorno crónico que causa dolor y presión en la vejiga y la pelvis.

La manifestación clásica de Cistitis Intersticial son las manifestaciones de una infección urinaria (ardor al orinar, molestia urinaria, sensación de micción incompleta, deseos frecuentes de orinar y dolor al orinar) sin embargo vamos a encontrar que el urocultivo es negativo, que no hay una infección causal.

TIP: cuando sientes síntomas de infección urinaria siempre es adecuado tomar un urocultivo antes de iniciar el antibiótico. Muchas mujeres toman antibióticos por su cuenta ante la presencia de síntomas. Ello suele ocasionar daños importantes en la riqueza y variedad de la microbiota, pero además no permite identificar casos de cistitis intersticial.malar.

La cistitis intersticial suele ser un diagnóstico un poco desalentador desde la perspectiva convencional. No existen tratamientos curativos y muchas veces las mujeres deben someterse a instilaciones intravesicales (un procedimiento un tanto incomodo) para experimentar algo de mejora.

Sin embargo en este blog veremos que no todo está perdido y que, como en muchos de los casos desde la perspectiva de medicina funcional, la solución se encuentra fuera del órgano donde que manifiesta la enfermedad. Es decir: un problema vesical y urológico que se origina en la salud del intestino.

El SIBO (sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado, por sus siglas en ingles) es una condición caracterizada por un aumento anormal de bacterias en el intestino delgado. Aunque sus síntomas típicos son digestivos, cada vez hay más evidencia de que SIBO puede tener manifestaciones extraintestinales, afectando a otros órganos y sistemas del cuerpo. Una de estas manifestaciones que está ganando atención es su relación con la cistitis intersticial (CI).

Durante mucho tiempo se ha observado que existe una superposición entre los pacientes con CI y aquellos con síndrome de intestino irritable (IBS), una condición frecuentemente asociada a SIBO [1].

Un estudio pionero publicado en 2008 por Weinstock et al. arrojó luz sobre esta conexión [2]. Los investigadores encontraron que el 81% de los pacientes con cistitis intersticial y síntomas gastrointestinales crónicos tenían resultados anormales en la prueba del aliento para SIBO. Más sorprendente aún, cuando estos pacientes fueron tratados con rifaximina, un antibiótico no absorbible dirigido al intestino delgado:

  • El 73% reportó una mejoría de síntomas gastrointestinales.
  • El 40% experimentó una mejoría de síntomas de urinarios.

Estos resultados sugieren que SIBO podría ser un factor subyacente tanto en los síntomas gastrointestinales como en los urológicos de muchos pacientes con cistitis intersticial.

La asociación entre estas condiciones se refuerza con un estudio de cohorte a largo plazo publicado en 2021. Chang et al. encontraron que los pacientes con síndrome de colon irritable tenían un riesgo 59.9% mayor de desarrollar cistitis intersticial en comparación con aquellos sin IBS. En promedio, el diagnóstico de CI ocurría unos 5.35 años después del diagnóstico de IBS [3].

Lacy, Brian & Ayyagari, et al (2019). Factors associated with more frequent diagnostic tests and procedures in patients with irritable bowel syndrome. Therapeutic Advances in Gastroenterology.

Estos hallazgos plantean la posibilidad de que SIBO, síndrome de colon irritable y cistitis intersticial compartan mecanismos fisiopatológicos comunes. Algunas teorías proponen que:

  1. La alteración de la microbiota intestinal en SIBO podría provocar una respuesta inflamatoria sistémica [4].
  2. El aumento de la permeabilidad intestinal asociado a SIBO podría permitir la translocación de bacterias o sus productos, afectando órganos distantes como la vejiga [5].
  3. La producción excesiva de gases como el sulfuro de hidrógeno en SIBO podría tener efectos neurotóxicos que afecten la sensibilidad visceral tanto intestinal como vesical [6].

Es importante destacar que en el contexto de SIBO y cistitis intersticial, la salud del piso pélvico juega un papel crucial que a menudo se pasa por alto. La disfunción del piso pélvico puede contribuir tanto a los síntomas gastrointestinales como a los urológicos, y puede ser tanto una causa como una consecuencia de estas condiciones [7]. Por ejemplo:

  • La tensión crónica en los músculos del piso pélvico puede alterar la motilidad intestinal, contribuyendo potencialmente al desarrollo de SIBO [8].
  • La disfunción del piso pélvico puede exacerbar los síntomas de CI al aumentar la presión sobre la vejiga y alterar los patrones de micción [9].

Por lo tanto, una evaluación integral del piso pélvico y, cuando sea necesario, la terapia de rehabilitación del piso pélvico, deberían ser consideraciones importantes en el manejo de pacientes con SIBO y cistitis intersticial coexistentes [10].

En conclusión, la evidencia emergente sugiere una conexión significativa entre SIBO y cistitis intersticial. El tratamiento dirigido a SIBO, junto con un enfoque que incluya la salud del piso pélvico, podría ofrecer un nuevo enfoque terapéutico para algunos pacientes con cistitis intersticial, especialmente aquellos con síntomas gastrointestinales concomitantes. Se necesitan más estudios para comprender completamente esta relación y desarrollar estrategias de tratamiento óptimas.

Referencias:

[1] Nickel JC, et al. (2010). Interstitial cystitis/painful bladder syndrome and associated medical conditions with an emphasis on irritable bowel syndrome, fibromyalgia and chronic fatigue syndrome. J Urol.

 

[2] Weinstock LB, et al. (2008). Small intestinal bacterial overgrowth in patients with interstitial cystitis and gastrointestinal symptoms. Dig Dis Sci.

 

[3] Chang KM, et al. (2021). Does irritable bowel syndrome increase the risk of interstitial cystitis/bladder pain syndrome? A cohort study of long term follow-up. Int Urogynecol J.

 

[4] Rao SSC, et al. (2018). Small Intestinal Bacterial Overgrowth: Clinical Features and Therapeutic Management. Clin Transl Gastroenterol.

 

[5] Camilleri M. (2019). Leaky gut: mechanisms, measurement and clinical implications in humans. Gut.

 

[6] Patacchini R, et al. (2005). Hydrogen sulfide (H2S) stimulates capsaicin-sensitive primary afferent neurons in the rat urinary bladder. Br J Pharmacol.

 

[7] Faubion SS, et al. (2012). Recognition and management of nonrelaxing pelvic floor dysfunction. Mayo Clin Proc.

 

[8] Grinsvall C, et al. (2015). Visceral sensitivity correlates with decreased regional gray matter volume in healthy volunteers: a voxel-based morphometry study. Pain.

 

[9] Kuo YC, et al. (2018). Pathophysiology of pelvic floor dysfunction and its impact on the development of interstitial cystitis/bladder pain syndrome. Int Neurourol J.

 

[10] Butrick CW. (2009). Pelvic floor hypertonic disorders: identification and management. Obstet Gynecol Clin North Am.